Caso 100311 sin calif (0 calificaciones) Cía: Fletes y Mudanzas Henry15/03/15

Pésimo servicio mudanzas henry

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Hace unos días solicite el servicio de mudanza henry y el dueño me dijo que serían 1300 por todo, en realidad no eran muchas cosas e iba a ser la entrega muy cerca, para empezar el dueño un joven sin ninguna educación y aparentemente un mi rey, hijo de papi que en la frente lleva escrito el mundo no me merece llega sin siquiera presentarse, como Juan por su casa, a la hora de la hora le dije que dejaría una mesa por que una de mis colaboradoras se quedaría con un exhibidor, pero no fue posible y le pedí que lo subieran y me dijo que sería un costo extra siendo que ya estaba presupuestado y que el camión estaba enorme y quedaba mucho espacio a lo que le dije que no obviamente me moleste y le dije a uno de sus empleados ¡ oye este joven parece que me esta haciendo un favor! Anda como malhumorado.

Cuando llegamos al destino a dejar las cosas el joven muy prepotente y alzado se baja y me dice ¡ lo que quieras decirme dime lo en mi cara! A lo cual le respondí educadamente ¡ si claro! Mira ni yo te estoy haciendo un favor ni tu a mi, si no querías hacer el trabajo no lo hubieras hecho, el joven me empezó a ofender y a criticar las cosas diciéndome que por eso había cerrado mi negocio por que las estufas que cargaban obviamente tenían grasa algunas partes a lo cual le conteste pues duramos ¡ 14 años hay veraz ! Y todavía me dice que me tocaba pagar la lavandería de sus empleados, la pregunta a qui es si no te gusta tu trabajo por que lo haces? El cliente pide un servicio no un favor, el cliente es el que te va hacer publicidad, el cliente merece un respeto quiero pensar que le heredaron el negocio y que no tiene ni idea de como tratar a un cliente poco me falto para darle una cachetadas a este mi rey, grosero y déspota yo no pedí, ni pague un servicio para que me tratarán como lo hizo este joven gracias a Dios supe defenderme y contestarle educadamente pero llegara el día que se topé con un cab*on y lo pongan en su lugar.

Hasta los empleados a leguas se veía que ni ellos lo toleran y se alegraban que yo no me le dejará.