La Trigueña del Valle, nueces con gusanos
El local en cuestión se llama la trigueÑa del valle y está en Nicolás San Juan, entre Luz Saviñón y Torres Adalid.
Como afuera exhiben una manta con una nutrida lista de quesos, se me ocurrió preguntar por queso de cabra, pero no tenían; mozarella, tampoco; queso asadero, tampoco. ¿Entonces qué tiene?, le pregunté a una señora malencarada. Gouda uruguayo.
Preguntó que si quería probarlo. Dije que sí. De mala gana se levantó para sacar de la vitrina el dichoso queso. Lo probé y me gustó por lo que le pedí me diera tres cuartos.
Sin decir más, regresó un par de minutos después con un trozo de queso. Pedí que me lo rebanara.
La mujer, en este punto, estaba que reventaba de coraje, además de que me hacía esperar porque estaba hablando por su celular.
Finalmente y como pudo siguió hablando por el celular y empezó a rebanar el queso. Otras dos personas esperaban ser atendidas.
Un chavo que quería un refresco tuvo la "osadía" de preguntarle si se iba a tardar mucho. La mujer le gritó que si estaba ciego, que tenía mucha gente y que si quería esperarse bien y si no le importaba poco. Claro, la conversación telefónica seguía.
Por fin me entregó el queso. ¿Qué más?, preguntó. Necesito un cuarto de nuez mitades. Molesta, pero sin cortar su conversación telefónica, pesó el cuarto de nuez.
Pagué y me retiré. Antes de llegar a la esquina, abrí la bolsa en donde me dio las nueces porque quería comerme una.
Mi sorpresa, mi asco, mi coraje, todo se juntó cuando, luego de darle la mordida a la nuez, encuentro un gusano y al examinar la bolsa había más gusanos blancos y un par de palomillas muertas.
No sólo eso, el papel en el que envolvió el queso tenía pelos negros y gruesos, como de animal.
Furioso regresé a la tienda para reclamar y la señora me tachó de mentiroso porque, dijo, todos sus productos son frescos, que seguramente yo ya traía esa nuez y quería sacar provecho, y que lo del queso tampoco era responsabilidad de ella, que a mí debió habérseme caído en la calle y regresaba a reclamarle una estupidez mía. Sí, a parte de llamarme mentiroso, me dijo es+úpido.
Le avisé que procedería ante la PROFECO y me contestó que hiciera lo que me viniera en gana, que yo no sabía quién era ella y que mucha gente conocía la trigueÑa del valle y que tenía amigos ahí que detendrían cualquier denuncia que se hiciera en su contra.
La mujer no me regresó mi dinero. Estoy esperando que las autoridades de la PROFECO hagan algo, pero hasta la fecha no ha pasado nada. Es una lástima que cualquiera pueda abrir un local y someter a la clientela a un trato tan denigrante, además de que esta señora es una majadera.
Si ustedes llegan a pasar por ahí, mejor ni se detengan. Todo lo que tienen en las lonas es una mentira, además de que sus productos están agusanados y no hay higiene en el local.
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Comentarios sobre esta queja
Gracias por el dato. Seguido paso por esa colonia y a partir de hoy, voy a considerar comprar algo ahí.
Gracias por el dato. Seguido paso por esa colonia y a partir de hoy, voy a considerar no comprar algo ahí.
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