FBI México cuidado es un fraude

Esto me recuerda un hermoso caso, el de un tipo que abrumado por problemas traumáticos, adicto a la mitomanía y además con serios trastornos clínicos producto del suicidio de su padre a temprana edad, paladar hendido y para colmo con halitosis incurable, llegó al consultorio de un experto psiquiatra, colgó su cámara de cartón en el perchero, y le pidió al psiquiatra le acercara una silla más para su amigo (imaginario).

Su problema era simple, le tenía miedo a los monstruos que podían vivir debajo de su cama y eso le evitaba dormir, provocándole trastornos en el habla, y en sus relaciones interpersonales. Los monstruos, según su visión y definición personal, tenían forma de médicos asesinos, choferes de ambulancias y guardianes del orden, temía que por las noches, salieran debajo de su cama y lo atacaran, con argumentos que podrían por un lado contradecirlo y bloquearlo mentalmente, o dejarlo sin ideas.

El psiquiatra, profesional en la materia, le explicó que su caso era complicado, difícil, mas no imposible de curar. Tendría que visitarlo 2 veces por semana por 2 años, para curarle el trauma. Con un costo (obvio) de $1,500.00 pesos la consulta. El tipo agarró su cámara de cartón, le tomó una foto al psiquiatra, le recordó que la culpa la tenía el hospital, y se retiró.

Pasaron días, semanas, meses... y el tipo jamás regresó a la segunda consulta. Un día, caminando por las calles de la ciudad, el galeno se topa con su paciente, caminando alegremente presumiendo su flamante calva, arrastrando una caja con fotografías de gente anciana, deterioradas por el polvo y los elementos.

El psiquiatra le reclamó, celoso de su compromiso, el que no haya continuado su tratamiento. El tipo explicó, -estoy curado, y en una sola sesión, y sólo pagué $200 pesos-

El psiquiatra incrédulo, le cuestionó quién podría ser ese especialista capaz de curar tan complicado trauma, en una sola sesión, y aparte por tan solo ¡$200 pesos!...

El tipo le explicó, sin perder el ritmo de su caminar, y apresurando a captar imágenes de cuanto escenario se atravesara en su camino, con su cámara de papel; -saliendo de su consultorio fui con el cantinero, y él me curó, ¡ya no le tengo miedo a los monstruos que se esconden bajo mi cama!-

¿¿¡Pero Cómo!?? estalló el psiquiatra...

-le expliqué mi problema, y me dijo que le cortara las patas a la cama... ¡estoy curado!

Veo que ya llegó el primer aludido a ponerse el saco y leer mi hermoso cuento... ¡Gracias por dejar evidencia de esto con tu thumbdown!

jajajajajajajaja

Si es cierto, que buena memoria tienes olor oso!!!!
jajaja, tienes toda la razon, es del que tenia tendencia coprofagas y problemas al saber que el osito bimb0 no era de verdad, jajaja ¿que cosas no?