Caso 104450 sin calif (0 calificaciones) Cía: LK Asociados31/07/15

LK Asociados - Agencia que no quiere ofrecer contratos de trabajo

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Luego de enviar mi CV, Book y contestar un cuestionario, el pasado viernes 24 de julio de 2015 había sido llamado a entrevista para trabajar en una agencia de publicidad en la Ciudad de Puebla. Me sorprendió la velocidad de respuesta y que el sábado 25 me enviaran un mail aceptándome dentro de la agencia; me preguntaban cuándo podía comenzar a trabajar y me olió chistoso, entonces pedí una cita para el día martes 28. El lunes 27 por la mañana me llama un agente de cuentas, queriendo comenzar a pasarme proyectos de diseño y que me río, y le explico que todavía ni tenía contrato de la agencia.

Más tarde me llama la chica que me entrevistó y me reclama que por qué no quiero comenzar a trabajar (al parecer el malentendido comenzó desde la entrevista, en la cual me explicaron que trabajaría durante 3 meses a prueba desde mi domicilio, mas nunca me aclararon que no celebraríamos un contrato de trabajo por ello; tal vez la cagué y sí debí preguntar sobre el contrato, pero yo lo daba por hecho).

La señorita muy enfadada me preguntó que ¿para qué quería un contrato? y después me quería voltear la tortilla diciéndome que ¡les estaba generando desconfianza al pedir ese documento! De la manera más diplomática la mandé a checar su libreto y armar mejor su teatrito. Aguas diseñadores poblanos con la agencia LK Asociados. Dicen ser de Veracruz y que por expansión requieren diseñadores para trabajar desde domicilio; éste esquema de trabajar por honorarios ya me lo aplicaron antes, aprendí por la mala y, mientras nos pagan una miseria y explotan bien y bonito, los agentes cobran miles y miles de pesos por sus proyectos.

He visto éste escenario en varias vacantes (hay quienes descaradamente solicitan diseñadores freelance), para que por medio de recibos de honorarios les saquemos el pleito con SAT y nos exenten de nuestros derechos laborales. No hay que dejarnos, si así tratan a sus trabajadores (fijos o potenciales) no quiero imaginar cómo tratan a sus clientes. En fin, tenía que sacármelo del pecho, ¡puaj!