Caso 80968 sin calif (0 calificaciones) Cía: Taller Impresiones Elegante09/07/13

Taller Impresiones Elegante: incumplimiento de servicio y violencia contra clientes D.F. Plaza Santo Domingo Centro

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El día 14 de junio solicité a Impresiones Elegante [ubicado en Calle República de Brasil, local xA de los portales de Santo Domingo, col. centro, manzana 012, c.p. 06010]con la señorita J., 30 mandiles negros impresos a una tinta para una boda. Deje un adelanto de 400 pesos, de un total de 900, y se me dio una nota de remisión con los datos teléfonicos de la srita. J. y anotó que mi trabajo estaría listo el día 28 de junio. El día 26 de junio recibo una llamada de parte de la señorita J., quien me dice que mis mandiles habían llegado pero con un defecto y que los iban a regresar y que por favor pasara por ellos el día 4 de julio. Le comenté a la srita que yo podía ir el día 5 y ella me comentó que no había problema. Me presenté el día acordado a la hora acordada, sin embargo la srita J. me dijo que mis mandiles no iban a estar listos hasta el día miercoles.

Sin embargo le comenté que yo no podía esperar más dado que la boda no se iba a realizar en el D.F. y que yo a más tardar podía esperarlos el lunes o martes. Le pregunté cuál era el problema con los mandiles, ahora. Ella evadió la pregunta y se bastó con asegurarme que el lunes a las 6 iban a estar listos.

El lunes 08 de julio hablé a las 2 de la tarde para verificar que mi pedido estuviera a tiempo. Me atendió el sr. A.M., me dijo que mi pedido iba a estar hasta el miércoles a las 4 sin más. Le expliqué que había hablado con J. y que me había asegurado que iba a estar listo el lunes y que yo no podía esperar más, "¿qué problema tienen ahora los mandiles?", le pregunte. "La tela" me dijieron y al no quedar satisfecha con la explicación, me colgaron el teléfono. Traté de comunicame al teléfono personal de la srita. J., pero al comenzar a dar mi versión de los hechos me volvieron a cortar. Así durante toda la tarde me colgaron cada vez que yo llamaba.

Decidí presentarme el día martes 09 de julio personalmente y con un testigo en el taller. Presenté mi nota y pedí hablar con la srita. J. Dos personas, una -por el tono de voz- supongo que fue el sr. M., me dijeron que J. "la gorda", como ellos la llamaban, no iba a presentarse a trabajar ese día: "Los martes no viene". Solicité ayuda para la solución de mi problema, ya sea la devolución de mi dinero o la entrega de mi mercancía. Estos dos hombres me dijeron que ellos no podían darme razón de nada porque ahí "cada vendedor es responsable de su pedido, aquí todos somos independientes, nadie sabe nada del trabajo del otro, vayase y deje de molestar, trate con ella mañana, aunque 'se revuelque y llore' no va a hablar con ella". Intenté comunicarme ahí mismo en el local, tanto con J. como con el sr. A.M., pero me colgaban la llamada o no respondían mis mensajes donde pedía una explicación sobre mi servicio.

Pregunté en los negocios aledaños si la conocía, me decían que sí pero que no la habían visto, sin embargo alcance a divisarla a lo lejos y se estaba escondiendo. Fui a hacer otros mandados en el centro y regresé dos horas después al taller para ver si volvía a encontrar a la famosa J. A.M., hombre de aproximadamente 1.80 de estatura, tez morena clara, cabello oscuro, usando cacucha y chaleco, robusto, con barba y bigote ralo, me dijo con agresividad: "Ya no esté molestando, no va a venir, deje de estarnos molestando y moliendo o ¿quiere que le busque una mujercita para que la saque a golpes si es lo que anda buscando?, ¡eh! ya vayase" Le dije que no estaba buscando pleito, sino la solución a mi problema y que si venía es porque mi dinero y mi pedido estaba de por medio; que por favor le dijiera a Jessica que si no se comunicaba conmigo y si mi pedido no estaba listo mañana, iba a levantar una denuncia en la PROFECO o acusarla de robo y fraude.

Inmediatamente se levanto otra mujer la parte de atrás del taller, blanca, alta de cabello castaño chino y me grito: "ya oyó, ya vayase, no moleste ya sabe que no la va a encontrar, no nos dan miedo sus amenazas, no nos puede hacer nada, larguese" Se levantó en actitud amenazante hacia mí. [Y aquí la verdad es que me dio un retortijón en el estomágo del miedo]Me dí la vuelta y de mucho coraje tuve que sentarme y ahora sí, me dieron muchas ganas de llorar y miedo. Jamás me habían amenazado y mucho menos con sacarme de un lugar con violencia. Levante una denuncia ante la PROFECO, no una queja, pues de hacer lo último tendría que conciliar o enfrentarme con esa gente de nuevo. Sin embargo estoy asustada -aún-, y no quiero exponer mi integridad física y moral, por 400 pesos robados y un servicio incompetente, ante personas claramente negligentes, abusivas y violentas. Por favor, difundan este mensaje y no soliciten trabajos de impresión a ese lugar. Gracias por su atención.