Caso 123488 sin calif (0 calificaciones) Cía: ISSSTE08/04/17

ISSSTE, ¿éste es el servicio que merecemos?

Categoría: Salud / Hospitales y Clínicas

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En urgencias del hospital Darío Fernández del ISSSTE los pacientes están hacinados, algunos ni siquiera alcanzan cama y los tienen en sillas en el pasillo, en ocasiones "sujetados" a ellas para que no se caigan. Además, en los cuartos hay más camas de las que debería haber por cuarto (en donde debía haber como seis camas hay ocho) y es difícil pasar a ver a los pacientes, supongo que si es así para los familiares tal vez también lo será para el personal médico y de intendencia aunque las camas tengan ruedas porque tiene puestos los frenos de las llantas.

En caso de presentarse una emergencia, la falta de espacio dificultaría, por ejemplo, las maniobras de reanimación cardiopulmonar o la evacuación del hospital en caso de sismo o incendio.

Y una de las palabras clave aquí es PREVENCIÓN. ¿Y cómo el ISSSTE que quiere inculcar la prevención, aunque sea para reducir los gastos en tratamientos médicos, no previene? Claro que en este caso no aplica el PrevenISSSTE, ¿verdad?, ¿Qué no hay normas para hospitales, o las ahí, pero nadie vigila que se cumplan? Yo encontré una, y sin mucho buscar: la NORMA Oficial Mexicana NOM-016-SSA3-2012, que establece las características mínimas de infraestructura y equipamiento de hospitales y consultorios de atención médica especializada.

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¿O esa NOM (Norma oficial mexicana) ya es muy vieja o qué pasa? Porque encontré otras normas y tal vez alguna de ellas sirva… para algo.

Además, ¿en la Ciudad de México no han ocurrido fuertes terremotos o incendios? ¿O como antes se llamaba Distrito Federal, no Ciudad de México, ya es borrón y cuenta nueva?, ¿nueva constitución, nueva historia?
Un pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla. El mismo hospital Darío Fernández del ISSSTE ya ha sido víctima de incendios. Un caso es el siguiente:

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Por suerte, no hubo víctimas humanas a causa del incendio en ese momento (supongo que por otras causas, sí), ¿pero tenemos que esperar a que las haya?, ¿o ya somos tan insensibles que ya ni esas nos importarían?

Mi mamá estuvo tanto en urgencias como en el cuarto del fondo de medicina interna del hospital Darío Fernández del ISSSTE y el cuarto no estaba bien ventilado (sólo vi dos ventanitas, las cuales además no cerraban cuando uno intentaba cerrarlas por la noche), no había sanitas en el lavabo y, muchas veces, tampoco jabón. Y luego, las consecuencias: ¡Alerta sanitaria!, ¿ahí no cabía también la prevención, entre otras muchas cosas?

Por otro lado, los baños disponibles en el hospital Darío Fernández del ISSSTE para las personas que acompañan a sus familiares (pacientes si "tienen la suerte" de ser admitidos) son pocos. La mayoría de las veces no tenían ni toallas de papel para secarse las manos ni papel higiénico. En esa sección sólo hay un baño exclusivo para mujeres con dos cubículos y retretes. Uno de los cubículos es para personas con discapacidad, como era el caso de mi madre. La puerta del otro cubículo choca con el retrete dificultando su ingreso al cubículo aún para personas delgadas, lo que hacía que todas quisieran usar el otro cubículo y estuviera casi siempre ocupado.

Algunas personas se quejaban de la limpieza de los baños (yo debo reconocer que las pocas veces que entré, por falta de confianza, me tocaron en apariencia limpios y así los dejé). Una vez entré al baño e inmediatamente un señor de los que esperaban en urgencias, tomó el picaporte de la puerta del baño de mujeres, la jaló y la cerró detrás de mí con fuerza y molestia, tal vez quejándose así de que la dejaran abierta estando a un lado de las sillas de espera. La verdad pensé que exageraba su reacción y hasta me asustó, pero por suerte sólo fue eso. Los vigilantes que estaban en lo que, creo, es su mesa de control cerca de los baños ni cuenta se dieron.

Como hay pocos baños, acondicionaron uno “mixto” en el que entran hombres y mujeres indistintamente. Lo cual puede ser riesgoso si no se toman las previsiones necesarias, pues no hay cerca vigilantes.

Los sillones para los pacientes ambulatorios de medicina interna están fuera de los cuartos, justo en los pasillos, son muy grandes y estorbosos y están rotos y arrinconados dificultando su uso y la evacuación de los pacientes del último cuarto en caso necesario (de ahí que, entre otras cosas, pareciera que lo consideraran "el cuarto de los trebejos", "de los dispensables"). Los brazos de algunos de los sillones ya no están recubiertos y se siente o se ve totalmente la madera. Y qué decir de los colchones de las camas, que están en muy mal estado.

Aunque, a diferencia de los colchones, los sillones parecieran un lujo, sí son necesarios para que el paciente no esté todo el tiempo en la cama y no se generen otros problemas (atrofias, llagas, neumonía). Mas, considerando la "prontitud" de la atención médica del ISSSTE. La inmovilidad tiene graves consecuencias en el estado general y la funcionalidad de las personas, no sólo en las personas mayores.

Es increíble el mal estado de las instalaciones del hospital Darío Fernández, pero es peor aún la falta de material y de capacidad de las personas...

Entre otras cosas, el que según mi exjefa oyó que es uno de los mejores del ISSSTE (¡¿de verdad, cómo estarán los otros?!), el hospital Darío Fernández, ha estado en remodelación y recibe un presupuesto…

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Cosodi (del último link), por cierto, significa "Control y supervisión de obras a distancia", irónicamente diré, que tal vez si "el control y supervisión estuvieran menos a la distancia..." en alusión al refrán "Al ojo del amo engorda el caballo".

En el hospital Darío Fernández del ISSSTE, además, hay muy poco personal de intendencia y muchas veces sólo pasan con el jalador a modo de escoba o sólo van embarrando la suciedad de un paciente y de otro. Ojalá y hubiera más personal y estuviera bien capacitado y pagado, ya que su labor es muy importante, y que les dieran equipo de protección y material de limpieza adecuado a sus labores.

Eso sí, los especialistas están en la práctica pública y privada. Muchas horas en una y otras tantas en la otra, en muchos hospitales, de lunes a domingo, de día, de tarde, de noche…cobrando, cobrando. ¿Qué ellos no necesitaran dormir?, ¿o dónde dormirán?, ¿en su práctica privada?, ¿en su práctica privada los “vigilarán” menos que en su práctica pública?, ¿por eso cuando los buscas, claro que en su práctica privada, no los encuentras y los que están ahí son los residentes? Por eso se les debe asignar en la práctica pública unas largas, bien pagadas y merecidas vacaciones, pues cuando buscas a los jefes de servicio o rangos superiores te dicen “no está, está de vacaciones”.

¿Qué tal si cuidamos a nuestros doctores para que ellos cuiden bien de nuestros pacientes? Si para estudiar una tesis de maestría te limitan las horas en que puedes trabajar, ¿quién vigila que, para tener un buen rendimiento, un doctor no trabaje al día más horas de las humanamente posibles?, ¿o realmente pensamos que son seres superiores sin necesidades básicas como comer, dormir e ir al baño?

La intención no es, obviamente, que el ISSSTE desaparezca sino que de verdad preste servicios de calidad en un país donde los servicios médicos privados son para la inmensa mayoría totalmente inalcanzables.

¡Por favor, que entrar a un hospital del ISSSTE no sea más sinónimo de mala atención, mal trato, mala calidad, pérdida de tiempo y dinero y, en muchos casos, tu sentencia de muerte!