Fundación Alborada Aa, Morelia, Michoacán
Nos dieron a todos en repetidas ocasiones comida podrida, desde tortillas acedas a fruta pasada (empleados presentes: " R. y E.". A dos compañeros los amenazaron con obligarlos a comer su vomito si devolvían el estómago tras sentirse mal del estómago. En una visita llamada de consecuencias, tras informar a mi familia algunas de estas cosas, me negaron acceso médico en varios meses, mismos en los que tuve una infección estomacal con fiebre por 6 semanas, sin acceso a paracetamol siquiera (empleados informados: E. y R.).
Al informar a la madrina "S." del lugar que estando con dieta de sopa de verduras (misma que tenía a lo mucho dos zanahorias solamente), única medida que se tomó para mí infección estomacal, y misma medida que me hizo bajar 5 kgs en esas 6 semanas, se negó a darme más cantidad de comida. Moría literalmente de hambre todo ese tiempo. Me negaron acceso telefónico o personal con cualquier conocido hasta que cumplí 8-9 meses.
Tras quejarme de haber sido forzado bajo amenaza física del "primero en turno" (interno con mayor tiempo y servidor de mayor confianza antes de los empleados) de haberme tenido que rasurar con el rastrillo de un compañero con hepatitis B, el empleado E. me exhibió ante todos invitándolos a agredirme (le llaman curarse de mi desde tribuna) por quitarles tiempo a todos al pedir una revisión de los números de rastrillo para corregir los problemas de reconocimiento de los mismos por compañeros que no sabían leer, como el "primero" que me forzó a utilizar dicho rastrillo.
Los primeros 4 meses no me permitieron hablar con nadie, pues no tenía comunicación, medida frecuente en anexos de este tipo para internos indeseables para los empleados. Estuve presente cuando varios compañeros los pararon frente a una pared por días o semanas, solo dejándolos ir a dormir, para al día siguiente continuar su castigo. Sus pies se les hinchaban y no comían lo que el resto, sino solo el agua con escasas zanahorias que me dieron a mi al estar enfermo. En las noches, en vez de maicena con leche, a ellos les daban maicena con agua.
El dueño de Fundación Alborada, un señor F.H. nunca entraba a informarse como estaban las las cosas adentro, por lo que los empleados siempre abusaron.
Había una interna que llevaba décadas abandonada por su familia, quién la consideraba loca, con bases médicas o no, llamada N. En más de una ocasión presencié que un empleado "G." la golpeaba delante de E., su padrino y empleado de mayor tiempo (escasos 5 años entonces de sobriedad).
Fundación Alborada fue fundado tras la separación de F.H de Fundación Amanecer, lugar donde tuvo relaciones sexuales con interna en ese tiempo menor de edad llamada S. Después de recibir una junta de "ayuda", se resintió con su ex socio y fundo Alborada en su lugar. Tristemente la familia de S., misma que trato de meterlo a la cárcel, no lo logro porque F. argumento que ella ya tenía 18 años al concluir su tiempo como interna.
En mi caso, tras compartir ante los compañeros mi bisexualidad, fui acosado en varias ocasiones por los demás internos, pues es un anexo de puros hombres con excepción de N.
Dos perros murieron estando yo interno por la falta de atención del personal. Las autoridades nunca fueron a supervisar el lugar. Se nos advirtió que de suceder esto, más valia no decir nada.
Estos son meros ejemplos dé lo que viví en Fundación Alborada. Lo hago publico para que los familiares de pacientes, todos siendo un grupo social ya afectado por las consecuencias de las drogas y el alcoholismo, piensen dos veces antes de internar a sus familiares en lugares que solo generan más odio y resentimiento, no solo con el programa de Aa que nada tiene que ver con la práctica de comerciantes deshonestos de estas situaciones ya difíciles, como F.H., un vendedor de la ciudad de México que tristemente auna a la antigua mala fama a los chilangos que venían a aprovecharse de la candidez provinciana, sino que extienden el resentimiento a las familias de los pacientes porque estos tampoco saben que sus familias desconocen la operación adentro.
F. no es ni un profesional en un sentido de preparación académica, pues no es médico ni psicólogo, y tampoco es un AA que realmente se preocupe por sus internos. Su mala fama es conocida en el gremio, en todos los grupos en Morelia, Michoacán.
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Comentarios sobre esta queja
De que estas hablando Willis? jaja a mi solo me gusta el chisme de apestan pero no habia visto nadie tan ardido como tu xD, ya hablando bien pues yo digo que son muchas irregularidades que mencionas como pa que siga en operaciones, creo que si fuera cierto ya los hubieran funado Salu2
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